Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos… (Heb. 2:14,15)
Jesucristo El Hijo de Dios fue encarnado (tomó carne humana) con la finalidad de abolir el temor a la muerte que promueve Satanás, y esto lo hizo al morir en el tormento de la cruz.
C.S. Lewis, el gran escritor inglés en su novela clásica “Cartas del diablo a su sobrino” saca a la luz la realidad que vivieron durante la Gripe Española, sección que relata lo siguiente: “¿Y cómo lograste llevar tantas almas al infierno en aquella época? – pues por el miedo. – Ah, sí excelente estrategia vieja y siempre actual. – Pero: ¿de que tenían miedo?, ¿es que acaso a ser torturados? o ¿miedo a la guerra?, o ¿al hambre? – No, lo que tenían miedo es a enfermarse. – No entiendo, ¿es que nadie se enfermaba en aquella época? – Si se enfermaban, y también morían, pero como nadie más creía y enseñaba sobre la vida eterna y la muerte eterna, pensaban que solo tenían esta vida, por lo tanto, se aferraban a ella con todas sus fuerzas, incluso les costaba el afecto, ya que no se abrazaban, ni se saludaban y ni siquiera se veían durante días. Además, perdieron sus trabajos, gastaron todos sus ahorros y aun se creían afortunados siendo impedidos de ganarse el pan con tal de prolongar un día más su existencia. Tampoco nadie se cuestionaba a pesar que un día la prensa decía una cosa y al día siguiente se contradecía. Y en cuanto a su libertad, no salían de sus casas, no caminaban, no visitaban a sus parientes…era un gran campo de concentración para prisioneros voluntarios, y es que aceptaron todo con tal de que pudieran superar sus vidas miserables un día más, y todo porque no tenían la más mínima idea de que Él, y solo Él, es quien da la vida y la termina. Fue así tan fácil como nunca había sido.” – (F)