“Ciertamente que nada más nos ofende en forma más ruda que esta doctrina (del pecado original) y sin embargo, sin este misterio, el más incomprensible de todos, somos incomprensibles a nosotros mismos.” (BLAS PASCAL)
La sociedad actual esta desconcertada por tanta inseguridad que se percibe en todo lado. Los asesinatos están por doquier y la injusticia campea en todos los niveles, y toda esta realidad se va acelerando más y más al punto que se requiere de explicación.
Blas Pascal en el siglo XVII dijo que la raza humana se vuelve incomprensible cuando deja de reconocer la realidad del pecado. En la actualidad, se ha desechado la perspectiva bíblica del pecado, afirmando que el hombre es el resultado de la evolución natural, y que por lo tanto es bueno por naturaleza. Según esta creencia, la naturaleza buena del ser humano surge en las condiciones sociales correctas y por lo tanto se explica el pecado como resultado de la ignorancia, pobreza y demás condiciones sociales negativas. Visto de esta manera, las malas acciones en el ser humano no son resultado del pecado sino de respuestas aprendidas en el medio en el que se desenvuelve; por lo tanto, la respuesta a la maldad esta en ajustar bien las condiciones sociales y listo.
Ahora bien, con este enfoque no se puede entender la capacidad que tiene el ser humano para asesinar sin miramientos y sin conciencia llegando a cometer crímenes nefastos, y no se puede entender porque se ha quitado el temor a Dios, temor que surge de la existencia de un Dios santo. Es por esto que cuando cerramos los ojos a la capacidad humana para el mal, caemos en límites sin precedentes. Por lo tanto debemos afirmar categóricamente que La causa de la maldad en el mundo no es la pobreza, ni el racismo, ni las condiciones económicas o sociales; sino el pecado (F-)