“Dijo Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.” Génesis 2:23
Según los expertos en Hebreo (el idioma en el cual se escribió originalmente este versículo), estas palabras son el primer poema de amor jamás escrito. Adán ve la mujer que Dios había creado, y su corazón se llena de tanto gozo y alegría que escribe un poema. El matrimonio entonces vemos que empezó como una relación llena de gozo y alegría. Pero hay más. Adán vivió 930 años, y Eva (aunque no sabemos) debió haber vivido algo parecido. Esto significa que Adán y Eva estuvieron casados ¡por lo menos unos 800 años! ¿A cuántos de nosotros nos causaría felicidad y gozo saber que vamos a estar junto a nuestros cónyuges por 800 años? Ahora pensamos lo contrario, por eso nos referimos al matrimonio como “matricidio”, o como “una cruz”. Sin embargo, la Biblia siempre ha querido que el matrimonio siga siendo lo que fue al comienzo, una relación de gozo y felicidad. Proverbios 5:18 por ejemplo dice: “alégrate con la mujer de tu juventud”, y Eclesiastés 9:9 “Goza de la vida con la mujer que amas”. Esto claro, no quiere decir que no haya problemas en el matrimonio. Sino más bien que, aunque tengamos problemas, todavía podemos tener un matrimonio lleno de gozo y felicidad. ¿Es tu matrimonio amargura? No es el plan de Dios. No culpes al otro, empieza a cambiar tú. RECUERDA que un matrimonio depende de dos. Los dos lo mantienen, los dos lo destruyen, o los dos lo mejoran trayendo gozo y felicidad a la relación. No esperes que el otro empiece, hazlo tú.