Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración. Salmo 6:9
La oración es una de las herramientas más importantes dentro del arsenal cristiano. Pero tristemente es también una de las menos utilizadas. Cuenta una historia que dos mujeres estaban remendando sus pantalones. Mientras lo hacían, la una contaba que su matrimonio estaba muy mal, sus hijos descarriados, y su propia vida era una montaña rusa de emociones. La otra mujer por su lado, decía que aunque su vida no era perfecta, tenía un buen matrimonio, sus hijos estaban por buen camino y ella se sentía bien. Interesantemente, la respuesta a la vida de estas mujeres tenía que ver en gran manera con las partes de los pantalones que estaban remendando.
La una remedaba la parte trasera, mientras que la otra remendaba las rodillas (desgastadas por la oración.) Se dice que Martín Lutero solía orar una hora cada día. Excepto cuando sabía que iba a estar más ocupado, en esos días oraba dos. Lutero y los demás gigantes cristianos del pasado (incluido el Señor Jesús) conocían la importancia de la oración y por eso apartaban tiempo para hacerlo diariamente. Si Lutero que fue uno de los baluartes del cristianismo necesitaba orar tanto ¿Qué te hace creer que tú no? Si el mismo Señor Jesús que fue el hijo de Dios, omnipotente, perfecto, omnisciente, etc. necesitaba orar ¿Qué te hace pensar que tú no?… ¿Cuánto tiempo le dedicas diariamente a las redes sociales? ¿Cuánto tiempo le dedicas a la oración? Ahora que sabes que la oración no es una prioridad en tu vida. Ve y has algo para remediar esta situación.