“Honra a las viudas que en verdad lo son.” 1 Timoteo 5.3
En los tiempos bíblicos al igual que hoy también había personas pobres, maltratadas, abusadas y que luchaban diariamente por sobrevivir. Entre estas estaban las viudas. En esos tiempos una mujer dependía totalmente de su esposo. Si él moría, por lo general ella terminaba prostituyéndose, o mendigando. Es por esta razón que las palabras del apóstol Pablo en el versículo de hoy son tan impactantes, porque aún en estas circunstancias Pablo dice que no toda viuda necesita ser ayudada, sino solo las viudas que en verdad lo son.
Al escribir esto, Pablo nos recuerda por lo menos tres cosas. Primero, que no toda “ayuda” es realmente ayuda. Se dice por ejemplo que fumar ayuda a controlar el peso. Esto es bueno, pero lamentablemente esto incrementa mis probabilidades de contraer cáncer. Ayudar a alguien que no lo necesita de verdad puede que sea “ayuda”, pero no es realmente ayuda. Segundo, Pablo nos recuerda que no tenemos la obligación de ayudar a todos, solo a los que en verdad lo necesitan. Todos sabemos que muchas personas sufren de ociosidad y comodidad severa. Para ellos lo más fácil es recibir, y no trabajar. Tercero, Pablo nos recuerda que ayudar no solo es cuestión del corazón, sino también de la razón. Ser misericordioso es bueno, pero no olvides que ser tonto es malo. Mira bien a quién ayudas, pero también cómo ayudas. No privemos de ayuda a quien realmente la necesita, por darle al que no necesita.