Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; (Ro.1:28)
La mente es el conjunto de capacidades cognitivas, dicho de otra manera, es la capacidad que tiene el ser humano para procesar información. Sin embargo, si ésta desecha la verdad, lentamente pierde la capacidad de discernimiento y de esta manera llega a ser una mente reprobada de la que el apóstol Pablo nos relata en este texto de Romanos Cap. 1
Ahora bien, antes de llegar a este versículo debemos observar todo el capítulo para descubrir como se llegar a tener la mente reprobada. En primer lugar, Dios nos da la revelación natural, es decir la creación del universo como prueba de su existencia; sin embargo, el ser humano “profesando ser sabio” rechaza esta prueba, y como resultado de este rechazo, el ser humano se hunde en un periodo inmoralidad sin precedentes. Y como tampoco esta realidad les despierta; entonces Dios les entrega a vivir con una mente reprobada.
Una mente reprobada no tiene la capacidad de discernimiento, de tal manera que toda la información que recibe es verdadera y no la cuestiona, ya que viene acompañada por una emoción fuerte, ya sea esta miedo, culpa o vergüenza. La mente reprobada no puede levantarse y enfrentar a estas emociones, por cuanto esta incapacitada para hacer aquello.
Un vivido ejemplo de esto lo estamos viviendo en este periodo de “pandemia”. Lo primero que he notado es que las personas no han cuestionado las tantas inconsecuencias que se han vertido; como por ejemplo han aceptado como verdadero el número de contagiados que proclaman los medios, y no se han puesto a reparar en la información de que la prueba del PCR arroja hasta un 70% de falsos positivos. O también que el uso de la mascarilla es contraproducente para los que están sanos ya que están continuamente respirando un oxigeno viciado, etc.