Cuando la ciudad de Pompeya fue destruida por un volcán muchas personas murieron enterradas por la ceniza y lava. Estas personas fueron encontradas en distintas posiciones y lugares. Sin embargo, uno de los hallazgos más interesantes fue el de un centinela romano que cuidaba la puerta principal de la ciudad. Este soldado fue encontrado en el mismo lugar, inmutable y empuñando aun su arma como si todavía estuviera cumpliendo con su deber. Al parecer, el volcán la ceniza y lava no lo habían asustado, ni lo había hecho huir. Este es un buen ejemplo para nuestra generación. Como nos dice el versículo de hoy, a ninguno de nosotros se nos ha llamado a huir de este mundo, sino a quedarnos y “velar”. ¿Qué significa eso? Que hasta que Jesús regrese debemos seguir creyendo y viviendo como Dios manda hacerlo. Los demás son inmorales, tú muestra la moralidad bíblica. Los demás viven sin sentido, tu muestra que la vida tiene propósito. Las demás mujeres no aman as sus esposos, tu ama al tuyo. Los demás hijos son irrespetuosos con sus padres, tú obedécelos. Los demás viven aterrados por tantos miedos, tú vive en libertad y con gozo en Cristo. Si hoy viniera Cristo ¿Cómo te encontraría? ¿Desesperado como los demás? ¿Durmiendo? ¿Sin esperanza? ¿Huyendo? ¿Velando? ¿Cómo un centinela? o ¿Cómo un cobarde?