“Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras.” Salmo 119.16 Effie Linquist asistió regularmente a la iglesia por 88 años. Durante ese tiempo se estima que escuchó 8.000 prédicas, participó de más de 4.000 reuniones de oración, y dijo más de 29.000 oraciones antes de ir a dormir. Si tratáramos de poner todas estas actividades en años, esto significaría que de los 88 años de vida que Dios le ha dado a la señora Linquist, dos de esos años ella los pasó practicando disciplinas espirituales. Para un no cristiano escuchar esto es locura. Estos son dos años tirados a la basura. Para un cristiano por otro lado, este tiempo es sagrado, especial, y muy preciado. Cuando la pandemia empezó los ratings, o cantidad de personas que estaban pendientes de los medios sociales para aprender más de Dios eran muy altos. Pero ahora cuando nos sentimos más cómodos con esta nueva “normalidad”, los ratings han comenzado a bajar. Parece que al adaptarse más a este nuevo estilo de vida, la gente cree que ya no necesita buscar tanto de Dios. Sin embargo, el versículo de hoy nos recuerda algo muy importante. Que siempre debemos estar sumergidos y regocijándonos en la Palabra de Dios ya sea en tiempo de necesidad, o de prosperidad. No te amoldes a esta nueva “normalidad” y comiences a actuar como si estar cerca de Dios fuera perder el tiempo. Effie Linquist dedicó dos años de su vida a estar cerca de Dios. Si tú murieras hoy ¿Cuánto tiempo deberíamos decir tú dedicaste a Dios?