Haciendo la pregunta correcta

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“Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron”. Mateo 4.18–20
Pocos notan que cuando Pedro y Andrés dejaron sus redes para seguir a Cristo, ellos dejaron a un lado también su sustento diario. Ellos eran pescadores y esa era su entrada económica. Pero aun así, ellos decidieron escuchar la voz del Señor y seguirlo hasta la muerte. Ahora, es en este punto de la historia que muchos de nosotros y muchos predicadores nos hacen la pregunta “¿Cuántos de ustedes están listos de hacer lo mismo? Dejarlo todo y seguir a Cristo”. Sin embargo, esta es la pregunta incorrecta. ¿Por qué? Porque enfatiza lo que no debería enfatizar, y deja a un lado lo que sí debería ser enfatizado. Al hacernos esta pregunta estamos dando la impresión de que todos estamos llamados a dejar lo que estamos haciendo para seguir a Cristo, pero eso no es necesariamente lo que Dios quiere. Por otro lado, si nos hacemos esta pregunta no estamos enfatizando el verdadero punto de la historia el cual es seguir a Cristo. El apóstol Pablo por ejemplo fue un hacedor de carpas y así permaneció aun después de que decidió seguir a Jesús. ¿Por qué? Porque Pablo entendió que el llamado a seguir a Cristo no necesariamente incluye dejar de hacer lo que hago. Así que la pregunta no es, ¿Cuántos de nosotros estamos listos de hacer lo mismo que hicieron los discípulos? Sino más bien, ¿Cuántos de nosotros estamos siguiendo a Jesús, aun por medio de nuestros trabajos? Seguir a Jesús tiene que ver no tanto con dejar de hacer lo que hacemos (a menos que esto sea algo pecaminoso), sino con hacerlo todo con una perspectiva bíblica. Seguir a Cristo no tiene que ver con dejar de ser ama de casa, político, pastor, abogado o doctor, sino con hacer todo eso desde un punto de vista cristiano. Cuidado entonces y te hagas la pregunta incorrecta, porque vas a salir a la conclusión equivocada.