“Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más”. Juan 8.10–11 Según el contexto de este pasaje una mujer es sorprendida en adulterio. Al ver que todos la condenaban Jesús dice, “el que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”. Pero la historia no termina allí, las últimas palabras de Jesús a esta mujer son aún más interesantes. Jesús le dice, “vete, y no peques más”. Estas cinco palabras nos enseñan una verdad muy profunda y práctica. Que la victoria ya está ganada, solo tenemos que apropiarnos de ella. ¿Cómo sabemos esto? Porque si la mujer de esta historia no hubiese tenido la fuerza para dejar su vida pecaminosa a un lado, ¿Por qué Jesús le diría entonces “vete y no peques más”? Eso haría de Jesús un mentiroso. Sin embargo, como vemos en la historia, después de conocer a Jesús esta mujer no solo sabía que podía dejar su vida pecaminosa a un lado, sino que estaba capacitada para hacerlo. No que podía ser perfecta, sino más bien que podía ser mejor. Y ¿por qué sería capaz de hacer algo así? Porque Cristo ya ganó la victoria sobre el pecado en la cruz. En la cruz Cristo destruyó el poder que el pecado tenía sobre cada uno de nosotros. Esta es una verdad que nos vendría bien recordar este nuevo año. Porque al comenzar el año muchos creyentes nos trazamos metas y algunas de ellas son muy buenas. Orar más, leer toda la Biblia, ser un mejor esposo(a), madre, hacer ejercicio, etc. pero tristemente no cumplimos. Y utilizamos todo tipo de excusas para excusarnos. Sin embargo, ¿qué pasaría si es que supiéramos que la victoria ya está ganada y que solo tenemos que apropiarnos de ella? ¿Qué pasaría si es que supiéramos que no hay pecado de pereza, miedo, falta de dominio propio, irresponsabilidad, lujuria, etc. que nos pueda ganar? Entonces las cosas cambiarían. ¿Te has trazado metas este nuevo año? ¿Son buenas metas? Entonces cúmplelas. Como creyente no tienes excusa, ya tenemos la victoria en Cristo solo tenemos que apropiarnos de ella. Tal vez nos caeremos en el camino, pero eso no nos hace perdedores. Porque ya no hay pecado que nos pueda derrotar. Las mejores cinco palabras que podemos escuchar del Señor este nuevo año son, “ve, y no peques más”. Vayamos entonces, y pongámoslo en práctica.