“No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos” Deuteronomio 7:7
El orgullo es algo que corre en la venas tanto de la gente cristiana, como también de los no cristianos. Es por esta razón, que la Biblia nos recuerda frecuentemente, especialmente a nosotros los creyentes, que hay que cuidarnos para no caer presa de este vicio tan horrible. Porque una vez que este vicio invade nuestro corazón, nos hace creer que somos mejores que todos aquellos que no vienen a la iglesia, o incluso, mejores que algunos de los hermanos que también vienen a la iglesia. Hace algunos años atrás, una mujer le dijo al gran teólogo R. C. Sproul, “a veces me frustro, porque la gente me critica diciendo que todos los que vamos a la iglesia somos hipócritas”. A esto, R. C. Sproul respondió diciendo, “cada vez que usted escuche algo así, dígale a esa persona, que siempre hay espacio para un hipócrita más en la iglesia, así que esta bienvenido”. Y luego, Sproul termina su comentario con estas palabras, “la iglesia es la institución más corrupta que existe sobre la Tierra. ¿Porque? porque la iglesia sabe muy bien que está compuesta de seres humanos, y que los seres humanos, somos completamente pecaminosos”. Esto es algo que muchos de nosotros, los que vamos a la iglesia, necesitamos recordar. El olvidar esta pequeña gran verdad, que somos tremendamente pecadores, es caer en orgullo espiritual y comenzar a pensar que somos mejores que los demás. Y es precisamente porque muchos de nosotros dentro de la iglesia tenemos esta actitud, que Dios nos recuerda una y otra vez en su palabra, cosas como lo del versículo de hoy, “no por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos”. La verdad entonces es que la gente que va a la iglesia no es perfecta, de hecho tiene tantas fallas como las que no va a la iglesia. La única diferencia es que, la gente que va a la iglesia, es gente pecadora que ha sido perdonada. Mientras que la gente que no va a la iglesia, es gente pecadora, que está por ser perdonada, si es que se arrepienten de sus pecados. Cuídate entonces de no caer en orgullo espiritual. Este es un vicio muy común entre los creyentes, de hecho, si crees que no lo tienes, ya estas contaminado por él.