“Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores”. Génesis 37.3
Las coincidencias no son más que “pequeñas situaciones” en donde no podemos ver a Dios, pero en las que él sin duda, está obrando. El teólogo R C Sproul escribió una vez: “¿Qué hubiese pasado en la historia del mundo, si es que Jacob no le hubiese dado a José una túnica de colores? Sin túnica no habría había celos de parte de sus hermanos. Sin celos, José no hubiera sido vendido. Si José no era vendido, no hubiese llegado a Egipto. Si José no iba a Egipto, tampoco hubiera conocido a la esposa de Potifar. Sin conocer a la esposa de Potifar, no hubiese ido a prisión. Sin prisión, no hubiese interpretado los sueños de faraón. Sin la interpretación de los sueños de faraón, no hubiese sido elevado a la posición de primer ministro de Egipto. Si ser primer ministro, no hubiese habido la oportunidad de reconciliación con sus hermanos. Sin reconciliación los judíos nunca hubiesen migrado a Egipto. Si la migración de los judíos, no hubiera habido éxodo para salir de Egipto. Sin éxodo no hubiese habido Moisés, ley, profetas, o Cristo. Ahora díganme, ¿creen que fue un accidente que Dios permitiera que Jacob le regalara una túnica de colores a su hijo?” La respuesta a esta pregunta es un rotundo, no. Si Dios es soberano, es decir, si Dios está en control de todo lo que sucede en este universo, entonces aun las coincidencias más pequeñas están bajo su control. Esto no quiere decir claro, que Dios causa todas las cosas. Dios no causa el adulterio, o regalarle una túnica de colores a alguien, eso lo hacemos nosotros. Sin embargo, ninguna de las cosas que hacemos se salen del control de Dios. Ni cometer adulterio, ni regalar una túnica. Dios está sobre todas las cosas que pasan. ¿Has pecado últimamente y te sientes muy mal? ¿Te has encontrado coincidencialmente con alguien, o te ha pasado algo inesperado? Deja todo en las manos de Dios. Él lo controla todo y por lo tanto, él es el único que sabe cómo sacarle el mayor provecho a las situaciones más dolorosas, y a las coincidencias más inesperadas.