“Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros…” Filipenses 1:3-4
Todos los que conocen la vida del apóstol Pablo, saben que este apóstol fue una de las personas más ocupadas de la Biblia. Como misionero, siempre pasaba viajando. Como predicador, siempre estaba compartiendo la palabra. Como consejero, siempre estaba exhortando. Y como si esto no fuera poco, Pablo incluso se dio tiempo para auto sustentarse haciendo carpas (Hec 18:3). Con todo esto, si alguien tenía la excusa para decir: “no tengo tiempo para orar”, ese era el apóstol Pablo. Sin embargo, como vemos en el versículo de hoy, Pablo podría haber estado muy ocupado, pero siempre se daba tiempo para orar. Hoy más que nunca necesitamos creyentes como Pablo, cuya prioridad sea la oración. Muchos de nosotros tristemente, nos damos tiempo para ver la Tv, estar en las redes sociales, y hablar con nuestros amigos. Incluso tenemos tiempo para pecar y hacer cosas que no son correctas. Pero irónicamente, tenemos tiempo para hacer todas estas cosas, pero no para orar. Nos creemos muy ocupados. Sin embargo, nos es ocupación lo que nos impide orar, es ignorancia y pereza espiritual. Ignorancia porque no nos damos cuenta que la oración más que una obligación es una necesidad. Es algo que nos beneficia a nosotros, y no a Dios. Dios no necesita de nuestras oraciones. Nosotros lo necesitamos a él, y eso le hacemos saber por medio de nuestras oraciones. Por otro lado, no darse el tiempo para orar también es pereza espiritual. Y esto lo sabemos porque habido gente en la historia mucho más ocupada que nosotros, y que todavía se ha dado tiempo para orar. Charles Simeon por ejemplo, dedicaba cuatro horas diarias a la oración. Charles Wesley, dos horas. John Wesley, dos horas. Martín Lutero, tres horas. Adoniram Judson, oraba a medianoche, en la aurora, y seis veces al día. A esta lista podemos sumar muchos más hombres y mujeres que a pesar de tener agendas muy ocupadas, nunca han dejado la oración de lado. ¿Te crees muy ocupado para orar? Hoy es un buen día para empezar a ver la oración por lo que es, una necesidad espiritual de cada creyente. Ya no dejes pasar un día más, sin orar. Empieza hoy. Empieza en este momento.