“Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre”. Génesis 2.21–22
En esta historia encontramos el origen del primer matrimonio. Dios crea Adán para compartir su vida con alguien más, y Adán no se da cuenta de esto sino hasta que nombra a todos los animales. Claro, nada de esto es coincidencia. Dios lo había planificado todo así. Crear al hombre, hacerlo sentir solo, darle una mujer por esposa, todo estaba fríamente calculado desde un principio. ¿Qué podemos aprender de esta historia? Primero, que el matrimonio es entre hombre y mujer. No entre dos hombres, dos mujeres, una mujer y dos hombres, o cualquier otra combinación. El patrón que Dios nos dio, es un hombre y una mujer. Segundo, aprendemos que el Autor del matrimonio es Dios, no el Gobierno. El Gobierno claro, podrá legalizar ciertas cosas, pero eso no lo hace ni bíblico, ni correcto. Finalmente, este pasaje es un llamado a preguntarnos ¿Qué consecuencias vendrán por cambiar el patrón que Dios nos dio? G. K. Chesterton tenía razón cuando dijo, “antes de mover una cerca, tenemos que preguntarnos porque fue puesta allí en primer lugar”. Si Dios nos dio este patrón a seguir (hombre y mujer), tal vez lo mejor sería preguntarnos primero por qué quiso que sea así. Y si es que al final llegamos a la conclusión que Dios sin razón puso una cerca donde no debía, entonces movámosla y no nos preocupemos. Pero si Dios tuvo una buena razón, entonces habrá consecuencias. Como creyentes entendemos que vivimos en una cultura diversa y estamos llamados a respetar y tolerar los puntos de vista contrarios. Pero esto, no significa que tenemos que pensar como ellos. Respetamos lo que digan, pero en ninguna manera tenemos que compartirlo. Tenemos incluso el permiso (y la obligación moral) del Gobierno y del mismo Dios para estar en desacuerdo, y también para dar una libre opinión de aquello que creemos está mal ¿Cuál es tu opinión? Cualquiera que sea, tienes la libertad para hacerla escuchar.