“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. Efesios 5.15–16
En estos versículos el apóstol Pablo nos enseña cuatro verdades que de ser tomadas en cuenta, cambiaran completamente nuestra manera de vivir. Primero, Pablo nos dice que hay que cuidar la manera en que vivimos, es decir hay que cuidar nuestro testimonio y hay que hacer esto con diligencia. Al decir que esto requiere diligencia, Pablo nos da a entender que dar buen testimonio requiere esfuerzo, tenemos que trabajar duro para lograrlo. Segundo, Pablo dice que estamos llamados a vivir como sabios y no como necios. Al tonto no le importa el testimonio, por eso vive como le da la gana. A él solo le importa vivir su “chulla vida” al máximo, porque cree que después de esta vida ya no hay nada. El sabio por otro lado vive su vida pero con sabiduría. Disfruta la vida al máximo pero con prudencia, sabiendo que esta vida no es “chulla”, sino que es el comienzo de una mejor vida en el cielo. Tercero, Pablo dice que hay que aprovechar bien el tiempo. La palabra aprovechar viene del griego ἐξαγοράζω significa comprar. ¿Por qué comprar? porque aprovechar el tiempo no es algo pasivo sino activo. Aprovechar bien el tiempo entonces no significa que estoy sentado esperando en mi casa que el buen tiempo venga, sino que salgo de mi casa a buscar una oportunidad para aprovechar bien mi tiempo y cuando la encuentro, la compro, es decir lo hago. Cuarto, Pablo dice que todo lo de arriba es necesario, porque los días son malos. Si tan solo pudiéramos tener estas cuatro verdades en mente todos los días, nuestra vida sería más emocionante, aprovechada al máximo, y muy productiva. Pero muchos de nosotros no vivimos así. Sin embargo, las buenas noticias son que con Dios nunca es tarde para empezar. Empieza hoy a vivir tomando en cuenta estas cuatro verdades y verás como tu vida cambia radicalmente.