Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. (1Tes. 5:23)
Las ideas tienen consecuencias. Si yo creo que soy un ser compuesto de espíritu, alma y cuerpo como lo declara el cristianismo, de acuerdo a ello serán mis convicciones y mi estilo de vida. De la misma forma sí creo que soy un ser únicamente biológico con acciones y reacciones de acuerdo a los instintos que predominan en nuestro interior; igualmente en concordancia con estas ideas serán mis convicciones y estilo de vida.
En verdad todos vivimos de acuerdo a nuestra cosmovisión, entendiéndose a ésta como el conjunto de ideas que creemos; y cada cosmovisión define las cosas de acuerdo a sus fundamentos. Por ejemplo, la antropología que es la ciencia que define al ser humano toma diferentes enfoques de acuerdo a los fundamentos de cada cosmovisión. En este sentido la antropología cristiana como he mencionado define al ser humano como un ser compuesto de espíritu, alma y cuerpo y que por lo tanto tiene trascendencia; es decir que sabe de dónde viene y a dónde va. Además de esto la visión antropológica del cristianismo declara que somos seres morales; es decir que cada uno viene equipado con un fundamento moral el mismo que no puede ser extirpado, y que por lo tanto siempre está presente la realidad de rendir cuentas de nuestros actos.
Por el otro lado está la cosmovisión naturalista, que tocante a la antropología declara que el ser humano es un ser únicamente biológico y que su conducta está determinada por los instintos que lo gobiernan. Por lo tanto, para los que tienen esta creencia el sentido de trascendencia (que sabe de dónde viene y hacia dónde va) está en el vacío, por cuanto no hay seguridad de su origen ni de su destino. En esta cosmovisión tampoco el ser humano es concebido como un ser intrínsecamente moral, ya que ésta (la moralidad), está determinada por los instintos que permitimos que predominen y también por la característica que en esta cosmovisión no hay un ser trascendente a quien rendir cuentas.
Es por esta razón que a la luz de las cosmovisiones podemos entender el contexto cultural y social en el que vivimos.