“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley”. (Deuteronomio 29.29)
El mundo y la vida están llenos de cosas que sí podemos saber con claridad como por ejemplo, que 2+2 es igual a 4. Sin embargo, también en este mundo y durante el curso de nuestra vida habrán cosas que entendemos tan solo en parte (como la física cuántica), cosas que en un futuro cercano entenderemos (como con quien me casaré) y cosas que nunca entenderemos completamente (como la mente de Dios). Tristemente, muchos no hemos entendido esto, y hemos comenzado a vivir al revés. Menospreciando lo que sí se nos ha dejado claro en la Biblia, y queriendo saber lo que no debemos todavía, o lo que nunca sabremos. Le pedimos a Dios por ejemplo, que nos revele con cuál de nuestros dos amigos no creyentes debemos casarnos, cuando la Biblia claramente nos dice que no debemos casarnos con un no creyente. Le preguntamos a Dios si es que quiere que nos endeudemos irresponsablemente adquiriendo otro préstamo, cuando la Biblia claramente nos dice que no seamos irresponsables. Pero las cosas se ponen peor. Muchas personas que están pasando por momentos duros en la vida le piden a Dios una respuesta a su situación. Pero Dios no dice nada. Y al no tener respuesta, esta gente se frustra, se enoja, o incluso se aparta de Dios. Querido hermano, es hora de entender que las cosas secretas le pertenecen a Dios. Si es que hay algo que debo saber, él nos lo hará saber a su tiempo. Pero hasta entonces, nos ha dejado su Palabra para poder caminar por este mundo y tomar decisiones concretas y claras para nuestra vida. Ya no vivas queriendo saber lo que no debes saber, vive cumpliendo con lo que sí sabes y está en la Biblia.