“y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.” (Mateo 5.41)
En los tiempos antiguos los pueblos conquistados, estaban obligados a prestar servicio a sus conquistadores. Por lo tanto, una vez que un pueblo había sido conquistado sus animales, el tiempo de cada persona, sus sembríos, e incluso las personas mismas y sus familias pertenecían a alguien más. Y es en medio de una cultura y crisis así, que Jesús nos da un principio increíble a seguir. Jesús dice, “cuando alguien, especialmente un enemigo, demande tiempo, esfuerzo o algo de ti, tú estás llamado a reaccionar con amabilidad y buen ánimo. Y no solo eso, sino que debes incluso hacer más de lo que te pide, con buena actitud y una buena sonrisa debes incluso ir una milla más”. Claro, la mayoría del mundo pensaría que este consejo es absurdo en imposible de poner en práctica, pero Jesús creía lo contrario, y con justa razón. Jesús sabía que este tipo de obra no se puede llevar a cabo sin que uno sepa amar de verdad. Y uno no puede amar de verdad a menos que haya conocido el amor de Dios. ¿Eres creyente? Entonces sin duda has conocido el amor de Dios por medio de su perdón, su provisión etc. Es por eso entonces que ahora Jesús te dice, “anda, y camina una milla más con aquel que demanda algo de ti”. Si tan solo esta fuera nuestra actitud diaria en el trabajo, en la casa, en el hogar, nos hubiésemos ahorrado muchos dolores de cabeza. ¿Eres un creyente? Entonces pon tu orgullo, rebeldía, y arrogancia a un lado y muestra que sabes amar de verdad. Con una buena actitud, y una sonrisa camina una milla más con aquel que demanda algo de ti, especialmente con tus enemigos. Hoy, muestra a los demás que no solamente has sido amado por Dios, sino que tú también sabes amar de verdad, camina una milla más.