“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. Romanos 5:12
Hay tres verdades importantes que el apóstol Pablo nos dice en este versículo. Primero, que el pecado entró a este mundo por culpa de un hombre, el cual como sabemos es Adán. Segundo, que el pecado siempre acarrea muerte. Tercero, que cuando el pecado entró a este mundo, contaminó a todos los seres humanos. Lo interesante de estas 3 verdades, es que nos enseñan mucho más de los que nos dicen. Por ejemplo, Pablo dice que por culpa de un hombre el pecado entró al mundo. Pero todos sabemos que fue la mujer quien fue tentada primera. ¿Por qué entonces Pablo dice que fue culpa del hombre? Porque el hombre como cabeza del hogar, es responsable directo de lo que pasa, en su hogar. Adán era el responsable directo de cuidar y proteger su hogar, para que cosas como estas no pasaran, pero no hizo un buen trabajo. Esta primera verdad entonces nos enseña acerca de la responsabilidad y/o culpabilidad que un hombre tiene como cabeza de familia. Pero hay más, Pablo nos dice también que por medio del pecado, entró la muerte a este mundo. Y según nos recuerda el libro de Génesis, la primera persona que murió fue Abel, uno de los hijos de Adán y Eva. Jamás estos dos padres, al ceder a la tentación se imaginaron que su pecado acarrearía la muerte de su propio hijo. Y es que el pecado nunca nos hace que nos enfoquemos en las consecuencias, solo en el momento. Estas son malas noticias para nosotros porque como Pablo nos recuerda en la tercera verdad, todos estamos contaminados de pecado. Cuidémonos entonces de pecar y luego tener que pagar las consecuencias, algunas de ellas terribles y mortales. Recuerda el pecado es engañoso, nunca nos hace pensar en las consecuencias, solo en el placer momento. Como creyentes, gracias a Dios tenemos ahora la oportunidad de elegir pelear y ganar en contra del pecado gracias al poder del Espíritu de Dios que mora en nosotros. No desperdicies ese poder, úsalo. El día de hoy es un buen día para empezar a destruir esos pecados que hemos dejados que aniden por ya mucho tiempo en nuestras vidas, trayéndonos una y otra vez, consecuencias terribles.