“Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”. Hechos 14.22
Para Dios el sufrimiento no es algo que se sale de su control, sino un ingrediente más para seguirnos moldeando más a la imagen de su hijo. Al igual que Dios nos ha prometido riquezas, paz, y una vida sin llanto después de la muerte, también nos ha prometido que en esta vida terrenal vamos a encontrar sufrimiento y dolor. El versículo de hoy es un buen recordatorio de esta verdad. Aquí vemos como Pablo claramente nos dice que las tribulaciones o sufrimientos en este mundo son parte de ese camino que hemos escogido seguir, y que llamamos cristianismo. Todo esto sin embargo, no significa que cuando el sufrimiento llegue no debemos hacer nada para enfrentarlo, sino más bien, significa que debemos estar conscientes que el sufrimiento y el dolor son parte de ser cristiano. Ahora ¿Cómo sobrellevar el sufrimiento? ¿Cómo hacerlo más llevable? Primero, aceptando que Dios no existe para hacerme feliz, sino para ser glorificado. Muchos creen que Dios tiene la obligación de darles “cama, dama y chocolate” en esta vida, sin darse cuenta que Dios no es un papá Noel que existe para hacernos felices, sino un Ser que existe para ser glorificado aun en medio del sufrimiento. Segundo, tenemos que recordar que el sufrimiento para el creyente no es en vano. Pablo dice en Romanos 5.3–4 “también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza”. Finalmente, hay que recordar también que muchos de nuestros sufrimientos en este mundo son prolongados o empezados por nuestras propias malas decisiones. La vida ya tiene sufrimientos que son propios de ella, no añadamos más a estos siendo imprudentes. Así que al igual que un pastel la vida contiene muchos ingredientes, unos dulces, otros salados, amargos, y agrios. Sin embargo, si los ingredientes son puestos de la manera correcta, el resultado final siempre es exquisito. Si estas sufriendo, o más bien dicho cuando sufras, recuerda que el sufrimiento es solo un ingrediente más en esta vida. Un ingrediente que el pastelero (Dios) ha decidido añadir para tener un resultado más exquisito. Para Dios el sufrimiento no es algo que se sale de su control, sino un ingrediente más para seguirnos moldeando más a la imagen de su hijo.