“Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación”. Apocalipsis 2.14
“La iglesia perfecta”, es una frase que nunca será una realidad aquí en el Tierra. En el versículo de hoy el apóstol Juan le escribe a los hermanos de una iglesia que como vemos todavía estaban entreteniéndose con el pecado. Con esta reprensión, el apóstol Juan también nos recuerda otra cosa muy importante: “Donde hay creyentes, siempre hay pecado, y mientras más creyentes haya, más pecado encontraremos”. No hay iglesia en el mundo que sea libre del pecado, porque en todas ellas hay gente, y la gente es por naturaleza pecadora. Muchos dicen, “yo no voy a la iglesia porque todos allí son hipócritas”. La respuesta para este tipo de persona es, “siempre hay lugar para uno más, porque no va entonces, y se une a ellos”. La verdad del asunto es que la Biblia nunca enseña que las personas que van a la iglesia son perfectas, de hecho es lo opuesto, la gente va a la iglesia porque está al tanto de su imperfección. La gente que va a la iglesia sabe que esta es como un hospital especializado en tratar el cáncer terminal llamado pecado, el cual los ha afectado tanto en cuerpo, como también en mente, alma y espíritu. Pero la agente que acude a la iglesia también sabe algo más, que la cura y el tratamiento para este cáncer es Jesús, quien nos limpia y justifica de todo ese pecado. Así que si ha estado tratando de encontrar la iglesia perfecta en este mundo, sus esfuerzos son en vano. Pero si por alguna razón algún día encuentra ese tipo de iglesia, no se una a ellos. Porque el momento en que lo haga, esa iglesia dejará de ser perfecta, porque usted es un pecador. Así que ya no critique más a tal o cual iglesia, únase a una buena iglesia donde se predique la Palabra, y reciba el perdón de Dios junto con todos esos otros pecadores que están allí, a su lado.