“Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. (Juan 14.26)
¿Qué tan atento estas, a la voz del Espíritu Santo en ti? Aunque no utilizo un GPS (Sistema de Posicionamiento Global) tengo que reconocer que es una herramienta con muchas ventajas. Por ejemplo, mientras conducimos el GPS siempre nos está recordando hacia donde nos dirigimos, y cuál es nuestra meta. El GPS también nos traza la mejor ruta, para poder llegar a esa meta. Pero no solo esto, sino que el GPS también nos corrige, cuando nos salimos de la ruta trazada, nos dice “de la vuelta, calle equivocada”, y continua repitiendo esta frase hasta que obedezcamos. Y si por alguna razón no pudimos dar la vuelta, entonces el GPS nos traza una nueva ruta desde el lugar en donde estamos, hasta nuestro destino. El GPS es una buena ilustración de lo que el Espíritu Santo es en nuestra vida. Jesús nos dijo que cuando él se fuera, Dios iba a enviar al Espíritu Santo para que nos guiara hasta llegar a nuestro destino, el cual es el cielo. El Espíritu Santo también nos corrige, nos busca nuevas rutas cuando estamos perdidos, y nos consuela cuando nos equivocamos. Ahora, se ha preguntado alguna vez ¿Por qué si tiene al Espíritu Santo morando en usted, todavía a veces se pierde? El problema por supuesto, no es el GPS , somos nosotros. Tres son generalmente las causas para estar perdido y no escuchar al Espíritu Santo: rebeldía, ignorancia, e indiferencia. Rebeldía, cuando no queremos obedecer sabiendo lo que tenemos que hacer. Ignorancia, porque no sabemos lo suficiente de la Biblia, y por lo tanto lo que Dios demanda de nosotros. Indiferencia, porque sabemos lo que Dios quiere, pero no nos importa. ¿Qué tan atento estas a la voz del Espíritu Santo en ti? Si eres un hijo de Dios, tienes su GPS en ti, no lo apagues ni lo desconectes con tu rebeldía, ignorancia, o indiferencia