“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12.2
En este versículo el apóstol Pablo nos llama a no conformarnos, o amoldarnos a este mundo, sino más bien a ser transformados. Interesantemente la palabra “transformados” en este versículo viene del griego μεταμορφόω que encierra la idea de metamorfosis. La metamorfosis es un cambio experimentan algunos animales y que afecta no sólo a su forma, sino también sus funciones y su modo de vida. Lo que Pablo dice entonces es que cada uno de nosotros está llamado a experimentar una metamorfosis, es decir, un cambio total, que no solamente afecte mi corazón, sino también mis acciones, funciones, y mi modo de vida en general. Pero Pablo dice algo más, que la manera de experimentar esta metamorfosis es “por medio de la renovación de nuestro entendimiento. Por lo tanto, si como cristiano quiero experimentar una “metamorfosis” espiritual, un cambio total, entonces tengo que renovar mi entendimiento. Mis acciones, funciones, y mi modo de vida en general comenzaran a ser diferentes solamente cuando renueve mi entendimiento. Así que, ¿Qué has estado haciendo últimamente para renovar tu mente o tu entendimiento? O tal vez sería mejor preguntarnos, ¿Qué hemos estado haciendo últimamente para no permitir que nuestra mente sea renovada? Si en nuestra mente metemos “basura” o “comida chatarra” entonces la renovación es imposible. Pero si comenzamos a poner alimento espiritual sólido y bueno entonces, experimentaremos una metamorfosis total. Así que, ora más, lee más la Biblia, lee buenos libros, mira programas y escucha música que te edifique etc. en dos palabras, renueva la mente. Recuerda, no puede haber metamorfosis (cambio de verdad) hasta que no renovemos la mente no sea renovada.