“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11.25)
¿Estás listo para enfrentar a la muerte si es que hoy llegara a tu vida? ¿Sentirías que te alejas de casa, o que estas yendo a casa? Según las estadísticas 105 personas mueren cada minuto alrededor del mundo. Aproximadamente 6,300 cada hora, y 151.000 cada día. Eso quiere decir que cuando usted acabe de leer este devocional en un minuto, 105 personas ya no estarán presentes entre nosotros. Hasta las 12 del día 31.500 personas también se abran ido, y hasta mañana ese número de personas se elevará a 151.000. Pocas cosas hay en la vida que nos aterran tanto como la muerte. Y es que la muerte nos llega a todos, no respeta nada, edad, condición social, económica o los títulos obtenidos. Le llega al pobre, al rico, al sabio, al tonto, al viejo, al niño, al hombre, a la mujer, al pagano y al cristiano. Pero claro, esto no siempre fue así. La Biblia enseña claramente que la muerte no fue parte del plan de Dios original de Dios para la humanidad, sino que vino como resultado del pecado del hombre. Y aunque fue nuestra culpa, en su misericordia Dios nos ha provisto con la oportunidad de no ser absorbidos totalmente, sino tan solo temporalmente por la muerte. Y esto lo ha hecho a través de la resurrección de Cristo. Así que, es verdad que algún día moriremos, pero también es verdad que después resucitaremos. Tristemente, vivimos en un tiempo en que todos quieren ir al cielo, pero nadie quiere morir, porque todos piensan que el morir es el fin de toda esperanza, y porque después de ella no hay nada. Esto sin embargo no es verdad para el creyente, porque como creyentes sabemos que la muerte no es el final de todo, sino el comienzo de algo, no es un alejarnos de casa, sino es un llegar a casa. Gracias a la resurrección de Cristo, para nosotros la muerte no es más que la puerta hacia la nueva vida. D. L. Moody dijo una vez, “pronto leerán en los diarios que estoy muerto. [Pero hermanos] no crean eso ni por un segundo…porque estaré más vivo que nunca…con un cuerpo que la muerte no puede tocar, ni el pecado manchar”. ¿Estás listo para enfrentar a la muerte si es que hoy llegara a tu vida? ¿Sentirías que te alejas de casa, o que estas yendo a casa? Para el creyente la vida abundante empieza después de la muerte.