Todos pensamos, pero no todos pensamos bien. Y de todos los seres humanos, los creyentes somos los que mejor deberíamos pensar. En una cultura afeminada y sentimental estamos enseñados a decir cosas como, “porque Dios es amor, nosotros también debemos amar” o “porque Dios es misericordioso nosotros también debemos serlo” etc. pero nunca he escuchado decir a alguien, “porque Dios es un ser racional, debemos también ser racionales”. La verdad es que Dios sí es amor y misericordia, pero también es un ser racional y es en todo esto que lo deberíamos imitar. Por lo tanto, un cristiano que no ama está incumpliendo con su deber cristiano de amar, tanto así como un cristiano tonto está incumpliendo con su obligación de aprender a pensar bien. Así como Dios no bendice la vaguería o la ociosidad física, tampoco Dios bendice la vaguería o la ociosidad intelectual. En el versículo de arriba Pablo dice “Considera lo que te digo”. Considerar viene de la palabra griega νοέω que quiere decir pensar bien o considerar algo pero a fondo. Luego Pablo dice, “Y el Señor te dé entendimiento en todo”. Noten la promesa aquí. Si no hago mi deber, si no pienso o razono bien entonces no puedo esperar ni exigir que Dios me ilumine y me haga saber qué es lo que necesito hacer en tal situación o en mi vida. La Biblia no es un amuleto, o un libro místico o mágico que revela sus secretos solo a ciertos iluminados. La Biblia es una obra literaria escrita por Dios a través de seres humanos dirigida a seres humanos pensantes y que requiere que nos demos tiempo para meditar a fondo y pensar bien sus verdades. Así que, si queremos encontrar dirección de Dios y entendimiento de parte de él, tenemos que utilizar el intelecto, porque Dios nos dará entendimiento solamente cuando nuestro cerebro este siendo utilizado para razonar correcta y bíblicamente. Todos pensamos, pero no todos pensamos bien. Y de todos los seres humanos, los creyentes somos los que mejor deberíamos pensar.