¿Es el Estado más que la familia y la iglesia?

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…que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?) (1Tim.3:4)

La cosmovisión Cristiana afirma que Dios es la fuente de todo ser, de toda existencia y de toda autoridad. Las sociedades que fueron cimentadas en el cristianismo, reflejan claramente que toda autoridad viene de Dios, y que bajo Su soberanía se encuentran las tres esferas por medio de las cuales El gobierna. De manera que es en Dios donde los hombres encuentran el origen, naturaleza, carácter y contenido del Gobierno. Y, por cuanto Dios nos ha revelado un registro escrito de su voluntad, no debemos pasar por alto lo concerniente al sistema de gobierno.

Son tres las instituciones (la Familia, la Iglesia y el Estado) que están comisionadas por Dios para ejercer el gobierno en este mundo, por su puesto dentro de sus campos, y de manera coherente orientadas hacia un propósito (la creación de un Orden), y siguiendo una norma (Ley) trascendente, cuyo valor y naturaleza se encuentran fuera del hombre mismo.

Sin embargo en los actuales tiempos el Humanismo viene entrenando las mentes de los hombres para que, estos busquen en sí mismos el origen, naturaleza, carácter y contenido del Gobierno. El humanismo por ejemplo nos lleva a pensar que es, únicamente en el “gobierno civil donde debe reposar la suprema autoridad. Pero la realidad histórica nos muestra del gran fracaso, en cada lugar donde se ha puesto en práctica este sistema; ya que cuando se ha quitado la autonomía de las otras dos instituciones mediante las cuales Dios gobierna, el fracaso ha sido inminente.

Puesto que la autoridad suprema se encuentra en la persona de Dios, ninguna de las tres instituciones debe reclamar la prerrogativa de tomar el campo de autoridad de las otras. Todas las instituciones están sujetas al mismo Dios y a la misma Ley trascendental que emana de Él. Entonces toda nación que anhele volver al camino de la armonía y regocijo social debe crecer en el entendimiento del sistema de gobierno de Dios.