“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Sant 1.17)
Lo interesante de este versículo no solo es lo que dice, sino el tiempo en el que fue escrito, y también para quien fue escrito. Estas palabras fueron escritas a una iglesia en medio de la persecución y la prueba, y nos hablan de una “buena dádiva y un don perfecto”. Las dos son buenas, justas, y son algo que no nos merecemos, pero que Dios nos las da porque es bueno. Ahora, de acuerdo al tiempo y a la gente a la cual fue escrito podemos ver que las dádivas y los dones no necesariamente significan que Dios nos da más, sino también que Dios nos da menos. El objetivo de la dádiva no es hacerme más rico materialmente, sino hacerme rico espiritualmente. Así que, si darme más dinero y comodidad me acerca más a Dios entonces Dios me bendecirá con eso, pero si lo que me acerca más a Dios es la enfermedad y las pruebas entonces esa clase de dádivas es la que Dios me dará. Pueden incluso que sean las dos, la enfermedad y el dinero, sin embargo el punto es el mismo, que las dádivas de Dios no solo significan abundancia, a veces también significan también escases. No solo es la salud, sino también la enfermedad. No solo puede ser el tiempo de paz, sino también el tiempo de persecución. ¿Qué es una dádiva y un don del cielo entonces? Son regalos divinos que no nos merecemos, el cual algunas veces puede significar más, y otras menos.
Jacky
Felicitaciones pastor usted tiene la dádiva de tener el don de la palabra, quisiera si es posible que hable o me ayude a cómo enfrentar la enfermedad y por ende la muerte, cómo no caer en depresión, muchas gracias