El amor…todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. (1Cor.13:7)
Mucha gente tiene la idea de que si te has casado con la persona adecuada puedes esperar seguir estando «enamorado» para siempre. Pero cuando descubren que ya no lo están, creen que se han equivocado y que tienen derecho a un cambio, sin darse cuenta de que, cuando ya han cambiado de pareja, el hechizo desaparece nuevamente. En este aspecto de la vida, como en muchos otros, las emociones vienen pero no duran. Por ejemplo, la emoción que siente un muchacho ante la primera idea de pilotear una avioneta, no perdurará cuando se haya alistado en la Fuerza Aérea. ¿Significa esto que sería mejor no aprender a volar? De ningún modo, pero si sigue adelante, aunque desaparezca la primera emoción, ésta será compensada por un interés más sosegado y duradero en el arte de volar. Ahora bien, si el antiguo final de los cuentos de hadas «y vivieron felices para siempre» se interpreta como «y sintieron durante los próximos cincuenta años exactamente lo que sentían el día antes de casarse», ésta interpretación sería del todo indeseable. ¿Quién podría soportar vivir en tal estado de excitación incluso durante cinco años? ¿Qué sería de nuestro trabajo, nuestro apetito, nuestro sueño, nuestras amistades?
Pero, naturalmente, dejar de «estar enamorados» no necesariamente implica dejar de amar. El amor en este otro sentido, el amor como distinto de «estar enamorados», no es meramente un sentimiento, sino más bien una profunda unidad, mantenida por la voluntad y libremente reforzada por el hábito, y reforzada por la gracia que ambos cónyuges piden y reciben de Dios. Pueden sentir este amor el uno por el otro incluso en los momentos en que no se gustan, del mismo modo que yo me amo a mí mismo incluso si no me gusto. Pueden retener este amor incluso cuando cada uno podría fácilmente, si se lo permitieran, estar «enamorados» de otra persona. Estar enamorados los llevó a prometerse fidelidad, pero este amor mantenido por la voluntad les permite guardar esa promesa. Y es a base de este amor que funciona el matrimonio.
Juan Muñoz
Muy cierto el amor perdurará siempre q en el matrimonio este la presencia de Diis como uno de los pilares el principal sin duda.