Salmo 119.11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
¿Quién de nosotros no se ha encontrado con esos momentos en la vida cuando en verdad no hemos podido discernir correctamente entre nuestros propios deseos y los de Dios? La verdad es que “la vida interior del cristiano es con frecuencia una extraña mezcla de motivaciones, tanto genuinamente espirituales como totalmente humanas. Es por esto que se requiere de un agente sobrenatural capaz de discernirlo todo, (en este caso la palabra de Dios) que nos ayude a distinguir lo carnal de lo espiritual.”
Todos sabemos que es muy difícil ser realmente objetivo, especialmente cuando nuestras emociones, amistades, prejuicios, y mal razonamiento entran en juego. Sabiendo esto, Dios nos ha regalado una Biblia que es imparcial, absoluta y que es infalible en su verdad. Una Biblia que nos guía a través de los momentos más oscuros dela vida, clarificando y rectificando nuestras emociones, prejuicios y mal razonamientos.
Es importante entender que la lectura diaria de la Biblia tiene que ocupar un lugar más prioritario y más arriba que las noticias, deportes, facebook, novelas, y todas esas otras cosas que creemos son tan “indispensables” en nuestra vida diaria. Hoy más que nunca, es importante entender que la predica que escuchamos en internet, un pequeño devocional como este, o un domingo en la iglesia no puede jamás reemplazar a la lectura diaria de la Palabra de Dios. Mientras más podamos guardar los dichos de Dios en nuestro corazón, mas podremos diferenciar entre nuestra propia voz y la voz de Dios, y por lo tanto, comenzar a pecar menos. En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
Peticiones de oración