¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. (Sant. 3: 11,12)
Todas las ideas tienen consecuencias. Por ejemplo: Si usted cree que cuando en la madrugada llora su perro, alguien en ese día va a morir, entonces estará preocupado desde ese mismo instante. Pero si esa creencia no está en usted, entonces seguirá durmiendo en dulce paz.
Todo niño dejado a la merced de sus propios deseos e impulsos, se vuelve esclavo de su propia permisividad.
El naturalismo filosófico por más de cincuenta años ha dado a nuestra cultura todo un paquete de nuevas ideas, reemplazando a la filosofía clásica, y dando a luz un estilo de vida muy diferente tanto en el aspecto conductual y moral de sus habitantes. Y por supuesto que estas nuevas ideas son congruentes con el nuevo estilo de vida y conducta de las personas. Por lo tanto no debería sorprendernos de comportamientos nuevos que aparecen en la sociedad, como por ejemplo lo que escuchamos a diario: “¿Porque los niños y jóvenes de este tiempo son tan tercos para obedecer, y muchas veces tan insolentes?” Sin embargo nos sorprendemos porque no entendemos que, durante medio siglo la filosofía naturalista viene enseñando que el niño no nace con una naturaleza rebelde, como lo ensenaba la filosofía clásica, sino que es esencialmente bueno en todo sentido y que por lo tanto no se le debe disciplinar ya que poco a poco, en él aparecerá un cúmulo de bondad.
Pero la realidad nos dice que todo niño dejado a la merced de sus propios deseos e impulsos, se vuelve esclavo de su propia permisividad. En otras palabras, llegará a ser un joven sin autocontrol, y con la capacidad de autodestruirse al punto de desperdiciar su vida.
Muchos dicen que viviendo bajo la filosofía clásica se cometió grandes abusos, y es verdad. Sin embargo esto no fue debido al enunciado filosófico de que toda criatura es criatura de Dios y bajo pecado, sino más bien debido a que no comprendieron que Dios vino a poner solución a ésta naturaleza rebelde.