¿De dónde venimos? – Una mirada imparcial

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“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifique…” (Jer. 1:5)

“Porque Tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre” (Sal. 139:13)

 El Cristianismo como visión del mundo ha sido la forma de ver y comprender todas las realidades.

El cristianismo siempre ha proclamado que toda vida viene de Dios y por siglos ha enseñado que hay un Dios trascendente que existía antes que el mundo existiera y que es el origen fundamental y decisivo de todo lo demás.

creacion

El Cristianismo como visión del mundo ha sido la forma de ver y comprender todas las realidades.

 Esto ha implicado que en todo tema que investiguemos, desde la ética hasta la economía y la ecología, la verdad se encontraba en lo creado y revelado por Dios.

Sin embargo desde el siglo XIX, los científicos seculares han insistido que únicamente las explicaciones naturalistas han reunido las condiciones para ser ciencia. Por lo que ha sido muy importante en estas últimas décadas  separar la ciencia de la filosofía, como por ejemplo: en los textos escolares, la evolución  se presenta como un hecho científico probado, y esto ha confundido a los estudiantes. Ya que se presenta una hipótesis no comprobada  como ciencia, cuando en verdad se debe presentar como filosofía naturalista.

El naturalismo comienza con premisas como: “La vida surgió de una coalición al azar de átomos, que finalmente evolucionaron hasta ser la vida humana tal como lo conocemos hoy”. Premisas que no se pueden probar en forma empírica, y al ser así debemos presentarlo como filosofía y como un sistema de creencia personal.

Por lo tanto, al estar en las mismas condiciones veremos que el cristianismo se ajusta mejor a la realidad, al presentar al hombre no solo como un ser físico, sino también espiritual. Y además, como un ser con responsabilidad moral, por cuanto es imagen de Dios. Pero esto lo abordaremos en el siguiente artículo.